Acta de establecimiento o de sucesión en Inglaterra

Bill del Parlamento inglés por el que se disponía que si la reina Ana moría sin hijos, le sucediera la princesa Sofía o sus descendientes.

Cuando Ana fue designada para suceder en el trono a Guillermo y María, tenía varios hijos, pero la muerte se los arrebató todos antes de ceñir la corona. Fue, pues, preciso determinar el orden de sucesión, y aunque el llamado pretendiente o caballero de San Jorge, era el más próximo heredero, como profesaba la religión católica y probablemente tenía las mismas ideas que hablan perdido a su padre Jacobo II, no podían los ingleses llamarlo al trono sin exponerse a perder los beneficios que había producido la revolución de 1688.

Los legisladores volvieron, pues, la vista hacia otro descendiente de los Estuardos, hacia Sofía, madre del elector de Hanover, nieta de Jacobo I, a causa del matrimonio de Isabel, hija de este monarca, con el príncipe palatino Federico V. Esta princesa era protestante y debía estar más interesada en mantener los derechos civiles y religiosos de la nación establecidos por la revolución citada.

El acta de sucesión disponía también que si ocupaba el trono un príncipe que tuviera Estado fuera del territorio de las islas Británicas, no podría comprometer a la nación en ninguna guerra motivada a causa de dichos Estados; que ningún extranjero podría desempeñar funciones públicas ni recibir donaciones del rey, y que todo individuo de los Comunes que aceptara funciones o una pensión del rey, quedaría sujeto a reelección.

El acta de sucesión fue aprobada en junio de 1700.

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