Ventajas e inconvenientes del aeróstato con globo de metal

Muchas personas dedicadas al estudio de la aerostación han sido partidarias de los globos metálicos, entre ellos Guyton de Morveau, y aun hoy, hay varios inventores de esta clase de aparatos, cuyas ideas se inclinan hacia estos aeróstatos.

Muchas son las razones que en favor de ellos enumeran sus defensores:

1° Impermeabilidad completa, tanto interior como exterior.
2° Gran resistencia a los vientos, a las intemperies, a las lluvias, a las maniobras y a todas las causas en fin de destrucción.
3° Mayor duración que los globos de tela.
4° Imposibilidad de aplastarse.
5° Menor influencia a las variaciones de tensión.

Sus enemigos, por el contrario, y hasta ahora llevan la mejor parte en la lucha, les achacan grandes inconvenientes:

1° Los globos metálicos son demasiado grandes.
2° Su construcción es difícil y pesada.
3° Son muy caros.
4° Son difíciles de manejar por su mucho peso.
5° Las hojas planas metálicas se adaptan mal a las formas curvas de los aeróstatos modernos, y sólo se pueden aplicar con facilidad a los que están compuestos de superficies desarrollables, como los cilíndricos terminados en los dos extremos por superficies cónicas.
6° Están expuestos a descargas eléctricas, si bien este defecto puede aminorarse cubriéndolos con una materia aisladora.

A causa de todos estos inconvenientes los globos metálicos no han sido aceptados por los que se dedican al estudio de la aerostación; sin embargo, nada tendría de particular que el día de mañana viéramos cruzar por encima de nuestras cabezas globos blindados, de la misma manera que hoy contemplamos sobre la superficie de las aguas esos inmensos acorazados que son la salvaguardia de la patria y de la independencia de las naciones.

Estudiemos ahora cuál de los metales es el más conveniente para la construcción de los globos, en el caso poco probable de que se quisieran construir de esta clase de materia. Sólo encontramos en la naturaleza cuatro metales que a primera vista pueden servir para el objeto que nos proponemos: el hierro, el cobre, el zinc y el plomo. El zinc debe ser desechado a causa de su poca tenacidad y maleabilidad, y el plomo por su gran peso y alto precio. La cuestión es más difícil de resolver entre el hierro y el cobre, pues cada uno de ellos tiene sus ventajas y sus inconvenientes; el hierro es más ligero, más económico que el cobre; por el contrario, este metal se conserva mejor en el aire, es más maleable y se suelda mejor que los otros cuerpos.

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