Usos y aplicaciones del antimonio

El polvo que circula en el comercio con el nombre de negro de hierro y polvos de bronce, que se emplea para broncear estatuas de yeso y de cartón-piedra, así como los objetos de zinc fundido a los cuales comunica el aspecto del acero pulimentado, es antimonio extraordinariamente dividido que se obtiene precipitando una disolución de antimonio por medio del zinc.

Unido a otros metales constituye las diversas aleaciones que ya quedan indicadas, muchas de ellas de gran aplicación en las artes y en la industria.

Muchos compuestos de antimonio, como el emético, el kermes, etc., son empleados en Medicina y en Veterinaria como vomitivos, vermífugos y sudoríficos.

El cloruro antimonioso se emplea como cáustico, para empabonar los cañones de las armas de fuego, y como reactivo para reconocer la presencia del aceite de algodón en sus mezclas con el de oliva (Reactivo Weltz).

El óxido de antimonio se ha empleado, en la pintura y en la industria de papeles pintados en sustitución del blanco de plomo, con la ventaja de ser inalterable a las emanaciones sulfhídricas y ser menos nocivo para los que lo manejan; igualmente se emplea recientemente el bermellón de antimonio (oxisulfuro de antimonio), como materia colorante en la misma industria de papeles pintados y muy apreciable por su gran brillo y ser inalterable al aire y a la luz.

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