Usos y aplicaciones del amoniaco

La disolución del amoniaco en el agua presenta los mismos caracteres que el amoniaco gaseoso, por lo cual se emplea siempre en estado de disolución en Medicina, en Veterinaria, en los laboratorios y en todas las industrias químicas.

Los perfumistas emplean el amoniaco para componer sustancias de olor fuerte, mezclándole con esencias que le quitan su olor desagradable al par que él las comunica su difusibilidad. Otras veces se emplea con este objeto, no el mismo amoniaco, sino una mezcla de cal apagada y cloruro amoniaco, cuya mezcla produce lentamente el amoniaco. Así se preparan las sales llamadas de Preston en las que a la mezcla referida de cal y sal amoniaco se añaden unas gotas de esencia de espliego o de bergamota. Los frasquitos que contienen las llamadas sales inglesas, se preparan llenándolos primero con esponja comprimida, con amianto con pedacitos de potasa o de sosa e impregnando después éstas sustancias en amoniaco líquido mezclado con alguna esencia.

También se emplea el amoniaco líquido para quitar las manchas de grasa, diluyéndole en dos o tres veces su volumen de agua, debiendo aplicarse principalmente a las telas que tengan colores muy estables para que no se alteren bajo la acción del álcali. Sirve también en Tintorería para disolver u obtener diferentes matices de algunas materias colorantes.

En la industria se emplea para la extracción de la orchilla de los líquenes y del carmín de la cochinilla; para fabricar el prusiato de potasa; para la preparación del rape; para disolver el cloruro de plata de los minerales; en la extracción del cobre; en la preparación de laces y colores y en la fabricación del hielo artificial por el procedimiento de Cerré.

El amoniaco tiene grandísima importancia en la Agricultura por la influencia que ejerce en la vegetación. Todos los agrónomos están conformes en que los abonos ricos en amoniaco son muy eficaces para el desarrollo del follaje, pero casi inútiles para el de las semillas; por cuyo motivo se debe recurrir al empleo de abonos ricos en amoniaco como son: las orinas, guanos, etc., siempre que en tierras bastante fértiles los cereales se presenten atrasados y con su follaje de color amarillento.

Pero aparte de estas acciones particulares, el amoniaco es de importancia suma en la alimentación de las plantas porque es la forma en que el nitrógeno (elemento tan esencial para la vegetación) puede asimilarse en el organismo vegetal.

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