En química se emplea este cuerpo para preparar algunos sulfuros y otros derivados suyos.

En farmacia y medicina forma parte de ciertos medicamentos.

La industria consume enormes cantidades de azufre en la fabricación de la pólvora, del gas sulfuroso, del ácido sulfúrico, en la vulcanización de la goma, etc.

En agricultura se emplea para el azufrado de las viñas con objeto de combatir el oidium; el azufre blando se utiliza para hacer moldes en la galvanoplastia; sirve también para sujetar el hierro a las piedras.

El azufre es uno de los componentes de los cuerpos organizados; se encuentra unido a las sustancias albuminóideas y en sus productos de descomposición, en las secreciones y excreciones del cuerpo, especialmente en la bilis (taurina), en la saliva (sulfocianuro alcalino) y unido al oxígeno y a bases en forma de sulfatos, en cuya forma es expulsado al exterior, sobre todo por la orina, la mayor parte del azufre introducido en la economía.

Aparte de su importancia fisiológica, el azufre la tiene también considerable como medicamento. Su polvo usado al exterior sólo en fricciones, puede producir eritemas y desarrollar sus efectos parasitícidas, porque combinándose con la grasa y otros componentes de la secreción cutánea pueden producirse pequeñas cantidades de hidrógeno sulfurado, sobre todo si se usa mezclado con jabón u otras sustancias que favorezcan su solubilidad.

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