Usos de la albúmina en medicina

La albúmina, que forma una parte importante de la alimentación del hombre, tiene aplicaciones terapéuticas y toxicológicas dignas de notar.

La preparación más usada en Medicina es el agua albuminosa que se prepara disolviendo cuatro claras de huevo en un litro de agua, y se administra en las diarreas infantiles, en la disentería y el cólera y en todas las afecciones en que el organismo está muy debilitado y no se halla en disposición de tolerar alimentos sólidos. Obra como alimento y como emoliente.

Algunos autores se han opuesto a la administración de la albúmina en la albuminuria, así como se proscribe el azúcar a los glucosúricos; pero hay aquí un grave error de fisiología patológica. El azúcar es producido en exceso por el glucosúrico, pero el sujeto afecto de albuminuria tiene que reparar las pérdidas de albúmina a expensas de la alimentación y, por lo tanto, el empleo de la albúmina es racional en estos casos.

Pero la aplicación más importante de la albúmina se refiere a su uso en el caso de intoxicación por venenos metálicos, sobre todo en la intoxicación por el sublimado corrosivo. El agua albuminosa debe administrarse en este caso lo antes posible.

El mercurio se combina entonces con la albúmina produciendo un albuminato insoluble completamente inofensivo; pero como esta sal es soluble en un exceso de reactivo, hay que hacer vomitar al enfermo después de cada ingestión de agua albuminosa, para eliminar el albuminato medida que se va formando. De igual suerte se procede en la intoxicación por el nitrato de plata.

En las quemaduras, y en los casos de grietas de las manos o del pezón, se puede usar un linimento compuesto de partes iguales de clara de huevo y de aceite de oliva o crema.

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