Uso de anillos en la antigüedad

La constante costumbre de los antiguos, de enterrar a los muertos con los objetos que usaron en vida, ha sido causa de los numerosos anillos de todos los tiempos, que se conservan recogidos de las tumbas.

Los anillos de hueso encontrados en algunos yacimientos prehistóricos de Francia, no tuvieron, sin duda, otro objeto que servir de cuentas de collar, ni más ni menos que las vértebras de peces halladas en otras estaciones prehistóricas.

Las tumbas egipcias han suministrado sortijas de oro, plata, bronce, hierro, arcilla esmaltada o cuarzo, siendo a veces dobles o triples y unidas por un chatón, pues con raras excepciones son anillos signatorios, objetos de primera necesidad para los egipcios, y de los cuales se hablará en el lugar correspondiente.

Las sortijas egipcias eran, las de los pobres, simples anillos de cobre o plata, las de los ricos, joyas cinceladas con adornos de relieve.

Los hebreos, sin duda a imitación de los egipcios, usaron anillos, que ponían en la mano derecha; la Biblia habla de los pendientes y sortijas de que se despojaron para formar el becerro de oro.

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