Tratamiento de la sinovitis supurativa

Si la sinovitis supurativa es consecutiva a una herida, el tratamiento es el mismo que en los casos ordinarios; pero antes que la sinovitis se desarrolle y con objeto de prevenirla, deben lavarse y hasta inyectarse las heridas penetrantes de las articulaciones con una solución tibia de ácido fénico al 3 o al 4%, o con el glicerolato bórico (al 5%). Debe desembarazarse la herida y la articulación de toda suciedad o cuerpo extraño, mantenerse el miembro en inmovilidad absoluta y recubrir la articulación de gasa o de algodón empapados en la solución fenicada o en el glicerolato bórico.

Declarada la sinovitis, se prescribe un purgante colagogo enérgico y una fuerte dosis de sulfato de quinina seguida de dosis menores a pequeños intervalos, o bien la tintura de acónito, tres gotas cada dos horas; se combate el dolor con las inyecciones hipodérmicas de cloruro mórfico.

La indicación más importante del tratamiento local es inmovilizar el miembro en una buena posición mediante un aparato apropiado que permita reconocer y actuar sobre la articulación siempre que sea necesario. El proceso local puede moderarse al principio de la enfermedad con aplicaciones constantes de hielo.

Si la articulación está muy tensa por el derrame, los dolores son violentos y la fiebre muy alta, no debe vacilarse en abrir la articulación por incisiones bastante extensas para evitar toda acumulación de pus en su cavidad, lo que debe practicarse siguiendo los preceptos antisépticos de Lyster o bien más sencillamente practicando lavados e irrigaciones minuciosas y repetidas de la cavidad purulenta con el ácido fenico en solución acuosa al 3% o con el ácido bórico disuelto en glicerina al 5%; el desagüe debe, pues, ser perfecto y la inmovilidad de la articulación absoluta.

Así se continúa el tratamiento de la sinovitis como si fuera un absceso común. Las lesiones óseas, las infecciones y degeneraciones consecutivas y la tendencia invasora de la supuración, pueden exigir la resección o la amputación. La rigidez consecutiva a la sinovitis supurativa curada; se corrige practicando movimientos pasivos, y las anquilosis por sus medios propios.

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