Tratamiento de la sinovitis simple

Puede ser útil comenzar el tratamiento de la sinovitis simple por la administración de un purgante suave; también son útiles las bebidas diluentes y diuréticas.

Contra el dolor, que por sí constituye un irritante directo, deben prescribirse los opiados y preferentemente las inyecciones hipodérmicas de cloruro mórfico.

El tratamiento local consiste en gran parte en el reposo, para lo cual debe inmovilizarse sobre un apoyo rígido y en la posición de la extensión, aun cuando para lograrlo sea necesario recurrir a la anestesia.

En las enfermedades articulares sólo cuando se busca o se teme la anquilosis se inmovilizan las articulaciones en aquellas actitudes que serán más útiles si la anquilosis sobreviene. Para la inmovilización articular deben preferirse los aparatos amovibles porque permiten la aplicación de otros medios locales.

La sustracción local de sangre mediante sanguijuelas o ventosas sólo está justificada en inflamaciones extensas y en sujetos esténicos.

La evacuación del contenido articular produce resultados rápidos; debe procederse antisépticamente y evitando la entrada del aire mediante la compresión elástica.

La tracción o extensión forzada del miembro, que agranda la cavidad articular, puede ser también útil.

De la aplicación continua del frío o del calor (hielo, agua fría, agua caliente, cataplasmas calientes) puede obtenerse la moderación de los fenómenos inflamatorios. Los revulsivos son útiles cuando la inflamación tiende a hacerse crónica.

En los individuos gotosos, reumáticos y escrofulosos la sinovitis simple suele no resolverse y pasar al estado subagudo o crónico que se prolonga rancho tiempo y que requiere el trata miento propio de las artritis características de aquellos estados constitucionales.

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