El enfermo permanece en este caso en el aire ambiente y, merced a aparatos especiales, se hace la inspiración o espiración en aire comprimido y rarificado.

Según Waldenborg, Hus, Drosdorf, Botschteschkroff y Ducrocq, las inhalaciones de aire comprimido dificultan la espiración de modo que no es posible verificarla por la sola fuerza de la elasticidad pulmonar, siendo necesaria la acción de los músculos espiradores.

La espiración en el aire rarificado, produce un aumento de la fuerza respiratoria y de la capacidad pulmonar y una actividad mayor es el cambio gaseoso.

Según Schuitzler, sólo tiene valor terapéutico la inspiración en el aire comprimido y la espiración en el aire rarificado, mientras que lo contrario no ejerce acción alguna favorable.

Segun Waldenborg, las inspiraciones de aire comprimido aumentan la presión en todo el sistema aórtico y las espiraciones en el aire rarificado disminuyen esta presión; pero Lambert ha obtenido resultados opuestos.

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