Sustancias usadas como amuletos

Los amuletos que inspiraban fe general eran unas piedras preciosas o raras sin más valor que las imágenes o caracteres que en ellas se veían; la mayor parte venían de Oriente. Eran: el ágata, el diamante, el jaspe, el cristal, la amatista, la antepates, la calcofana, la quelonia, el heliotropo, la hematita y las piedras sin valor como la ceramia, el coral, la gorgonia, el ámbar; además los metales, particularmente el oro, el hierro, el cobre; diferentes plantas como la aubepina, el rosal, el nerprun, la cinocefalia. Tales eran las sustancias naturales empleadas como amuletos.

También lo eran algunos miembros o partes de animales, como el diente de hiena, la carne y la grasa de lobo, la bilis de la cabra, la del perro negro, las orejas de rata, los cuernos del onagro cornudo, el talón del puerco, la lengua de la zorra; los murciélagos y los búhos, las arañas y otras alimañas, además del anguimum o huevo de serpiente, y la lengua del camaleón; los dientes tenían, igualmente, puesto importante entre las prescripciones de la Medicina empírica.

También se creía en la eficacia de ciertas reliquias de personas que habían perecido por accidentes o víctimas de suplicios. Plinio enumera las enfermedades que se curaban o calmaban con el tratamiento de sangre de los gladiadores, tales como la gota, las escrófulas, la erisipela, la epilepsia. Había también numerosos talismanes empleados, bien para excitar, bien para reprimir loa ardores de los deseos amorosos y para destruir los encantamientos de que se creían víctimas los amantes.

Volver a AMULETO – Inicio