Sulfuro de alilo o esencia de ajo

Este cuerpo ha sido estudiado por Cadet, Fourcroy y Vauquelin primero y después por Wertheim, que fue quien determinó su verdadera composición.

La esencia de ajos existe en las esencias que se forman cuando se destila con agua diferentes partes de muchas especies de la familia de las asfodeladas y de las crucíferas.

La esencia de los bulbos del Allium sativum y del Allium cepa contienen sulfuro de alilo, la primera en mayor cantidad que la segunda. La esencia de las hojas y semillas del Thlaspi arvense y del Iberia amara contienen 90 por 100 de sulfuro y 10 por 100 de sulfocianuro de alilo. Las hojas del Allaria officinalis dan sulfuro de alilo, y las semillas mezcla de sulfuro y de sulfocianuro. Las semillas de la Capsella bursa pastoris, del Bafanus rafanistrum y del Sisimbrium nasturtium contienen también una corta cantidad de las dos esencias indicadas.

Estas esencias no existen formadas en las plantas, sino que se forman, como se ha dicho al hablar del sulfocianuro de alilo, por maceración en el agua y la presencia de principios nitrogenados que ejercen una acción semejante a la de los fermentos en las fermentaciones ordinarias.

Para obtener la esencia de ajos o sulfuro de alilo, de los ajos, por ejemplo, se machacan las cabezas de ajo; se maceran con agua y se destilan en presencia de este líquido. Obtienese de este modo un aceite pesado, pardo y fétido que se somete a una rectificación en baño de sal común, obteniéndose las dos terceras partes del líquido en forma de un aceite amarillento más ligero que el agua; se trata éste por potasio, se deseca con cloruro de calcio y se somete a una nueva destilación que da por resultado la producción de sulfuro de alilo puro.

Este cuerpo puede además formarse:

1° Calentando suavemente la esencia de mostaza con potasio.
2° Añadiendo gota a gota ioduro de alilo a una disolución alcohólica concentrada de monosulfuro potásico.
3° Calentando en un tubo cerrado sulfocianuro de alilo con mono sulfuro potásico.

Es un aceite incoloro, transparente, más ligero que el agua, poco soluble en este líquido, muy soluble en el alcohol y en el éter y muy refringente. Hierve a 140°. El ácido nítrico fumante le ataca con violencia formando ácido oxálico y ácido sulfúrico. El ácido nítrico concentrado le transforma en ácido oxálico y ácido fórmico. El ácido sulfúrico concentrado lo disuelve en frío tiñéndose de color purpúreo y pudiéndose separar de esta disolución sin alteración alguna por la adición de agua. Absorbo el ácido clorhídrico en gran cantidad tiñéndose de azul oscuro, coloración que desaparece poco a poco al aire é instantáneamente por el calor y por el agua. Los ácidos y álcalis diluidos no alteran el sulfuro de alilo.

No precipita las disoluciones acuosas o alcohólicas de acetato y de nitrato de plomo, ni de acetato de cobre, ni las de los ácidos arsenioso y arsénico en el sulfuro amónico. Con el nitrato de plata amoniacal produce un precipitado blanco o amarillo pálido al principio, que va ennegreciéndose después hasta quedar completamente negro. Tratando la disolución alcohólica de sulfuro de alilo por otra también alcohólica de bicloruro de mercurio, se forma un precipitado blanco que contiene dos compuestos: uno soluble en el alcohol y otro insoluble.

El sulfuro de alilo produce con el percloruro de oro un magnífico precipitado amarillo que se aglomera poco a poco como una resina, y se recubre de una película de oro metálico. Con el percloruro de platino da también precipitado amarillo. Calentada la esencia de ajos en vasija cerrada con ioduro de alilo y al baño-maría, se forman magníficos cristales prismáticos, solubles en el agua y constituidos por el ioduro del trialil-sulfina.

Hay otro sulfuro de alilo que se obtiene por la acción de la amalgama de sodio sobre una mezcla formada por una parte de sulfuro de carbono y dos partes de ioduro de etilo. Es un líquido amarillo, muy fluido, muy refringente, de olor desagradable y sabor parecido al del anís. Insoluble en el agua, pero soluble en todas proporciones en el alcohol, en el éter y en el sulfuro de carbono. El ácido nítrico fumante le ataca con violencia; el cloro, el bromo y el cloruro de cal actúan también sobre él con energía.

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