Situación de las artes y oficios en España

España ofrecía el cuadro de la más brillante industria manufacturera en los siglos xv y xvi, y no empezó a introducir manufacturas de fuera hasta fines del reinado de Felipe II o principios del de Felipe III.

Las fábricas de Segovia (dice el conde Alex. Laborde), tan famosas por sus paños, consumían anualmente 178.500 arrobas de lana y ocupaban a más de 34.000 obreros. Las de Toledo y la Mancha empleaban cada año más de 180 000 arrobas, y daban ocupación a más de 38.000 personas.

Granada, Sevilla, Córdoba, Jaén, Valencia, Barcelona, Toledo y otras poblaciones de Castilla, tenían manufacturas de toda clase de telas de seda, lisas y bordadas, tafetanes, sargas, rasos, damascos y terciopelos, siendo más de 1.200.000 jornaleros los empleados en sus manufacturas.

Las de seda y lana debían de ser muy importantes; pero también lo eran las de algodón en Cataluña, las de guantes en Ocaña, las de espadas en Toledo, etc., y con Sevilla, que era población rica y suntuosa, querían competir Burgos y Medina del Campo en caudales y en importancia comercial.

Damián de Olivares, Diego Mejía, Francisco de Cisneros, Francisco Martínez de la Mata, Pedro Fernández de Navarrete y otros, dan por seguro que la despoblación de España se debe a la decadencia de su industria.

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