Síntomas de la anestesia

Los síntomas de la anestesia son subjetivos, aun cuando pueden inducirse por las manifestaciones exteriores.

En la anestesia cutánea, por ejemplo, advierten los enfermos que en ciertos sitios del cuerpo no sienten como antes la presión de los vestidos, el peso de las cubiertas de le cama, etc.

La anestesia de las manos se revela porque algunas funciones habituales de ella están más o menos impedidas: los objetos pequeñas se caen de las manos; la escritura, la costura y otros ejercicios son muy difíciles o imposibles, y cuando el enfermo separa la vista de la mano ya no sabe si tiene o no en ella la pluma, la aguja o cualquier otro objeto.

Zonas muy extensas de anestesia pueden existir sin que el enfermo lo advierta en mucho tiempo, como ocurre en muchas histéricas, y en todos los casos de afectos nerviosos el médico debe investigar por sí mismo el estado de la sensibilidad en todas sus formas.

Las anestesias se combinan frecuentemente con sensaciones subjetivas anormales (parestesias). Los enfermos experimentan en estos casos en las zonas anestésicas, hormigueo, punzadas, sensación de embotamiento, etc.; más curioso es aún que los enfermos presenten dolores muy vivos en sitios de la piel donde la insensibilidad para las excitaciones exteriores más violentas es completa, lo cual depende de irritaciones anormales del nervio sensible en un punto más alto de aquél en que su conductibilidad está interrumpida.

La anestesia va acompañada, muchas veces, con anomalías de la movilidad, de las acciones reflejas y con toda clase de alteraciones vaso-motoras y de trastornos tróficos. Suelen observarse quemaduras, heridas, etc., en los puntos heridos de anestesia, porque el enfermo, no advertido por el dolor, no impide a tiempo las causas de destrucción; esto es muy común en la anestesia completa de las manos.

La anestesia, por completa que sea, no impide la movilidad voluntaria; pero si el enfermo cierra los ojos, cuando la anestesia afecta a las partes internas (articulaciones y músculos), los movimientos son inciertos, porque los enfermos pierden la conciencia exacta de la dirección de la fuerza y de la extensión de los movimientos que ejecutan.

Si la anestesia es sumamente extensa y alcanza a formas especiales de sensibilidad, puede producir estados particulares en el sensorio. Se refiere la observación de casos de anestesia total de la superficie cutánea, combinada con ceguera y sordera unilaterales; sustrayendo al enfermo a los excitantes externos por la oclusión del ojo y del oído sensibles, se le podía dormir profundamente a voluntad.

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