1° Asimilación del silicio.
Este elemento existe en casi todos los vegetales formando parte de las paredes de las células epidérmicas; de muchas plantas fanerógamas y criptógamas y de las fibras del líber que, quemadas, suelen dejar un esqueleto silíceo. A pesar de esto, los botánicos, o por lo menos muchos de ellos, no suelen contar al silicio entre los elementos necesarios para la nutrición vegetal, porque la experiencia demuestra que muchas plantas normalmente ricas en sílice, como le sucede al maíz, pueden vegetar sin inconveniente alguno, privándolas por completo de este elemento. La poca importancia dada al silicio puede también deducirse de la circunstancia de no aparecer la sílice en las paredes celulares, sino cuando ya han llegado a su completo desarrollo. De todos modos, importante o no este elemento para la nutrición de las plantas, en el suelo se encuentra, por lo general, en cantidad sobrada.

2° Asimilación del potasio.
Este es un elemento de los más importantes en el organismo vegetal. Este elemento es absorbido por las raíces de las plantas, que lo toman del suelo cuando se encuentra en éste formando sales solubles; pero las sales de potasa abundan poco por lo general en la tierra arable, y además, no existen causas naturales de reposición de este elemento en los suelos donde por la acción de cosechas sucesivas llega a faltar. Por eso es la potasa una de las sustancias de que más tiene que preocuparse el agricultor y procurar suministrarla al suelo por medio de los abonos.

3° Asimilación del sodio.
Sea o no necesario el sodio para la vida de los vegetales, éstos encuentran naturalmente en las aguas y en la tierra este elemento en las proporciones que puedan apetecer.

4° Asimilación del calcio.
La cal es absorbida por las raíces de las plantas generalmente en estado de bicarbonato de cal, que es un compuesto soluble; también puede penetrar en estado de superfosfato, por ser igualmente soluble, y en algunos casos en estado de nitrato y de cloruro; también el sulfato es, aunque poco, algo soluble. La cal, además de su acción nutritiva, ejerce en el suelo una influencia muy favorable a la vegetación, porque contribuye a la descomposición de las materias orgánicas del suelo y hace asimilables muchos principios de los contenidos en las tierras, que sin esta circunstancia permanecerían inertes.

Volver a ALIMENTO – Inicio