Sales amoniacales de nitrógeno

1° Nitrato amónico.

Se denomina vulgarmente nitrum flamans. Se prepara saturando el ácido nítrico por el amoniaco y concentrando el líquido.

Siempre que el hidrógeno naciente se encuentra en presencia con el ácido nítrico, se forma nitrato amónico. Esta sal se encuentra en la atmósfera, aunque en pequeñísimas cantidades.

Cristaliza en prismas de seis caras apuntados por pirámides exaedras, pertenecientes al tipo orto-rómbico. Sabor picante, soluble en 1/2 parte de agua a la temperatura ordinaria, produciendo gran descenso de temperatura; en caliente se disuelve en todas proporciones. Se funde a 200° y entre 230° y 250° se descompone. Proyectado sobre las ascuas, deflagra. A 150° y en presencie del ácido sulfúrico se descompone en agua y protóxido de nitrógeno; en contacto de la esponja de platino se descompone a los 160°. Cuando está fundido, quema la mayor parte de los metales y las materias orgánicas.

Se aprovecha el descenso de temperatura que produce al disolverse en el agua para fabricar hielo artificialmente en unos aparatos denominados heladoras. Y de ahí el nombre de sal refrigerante con que se le designa.

También puede utilizarse la propiedad de desdoblarse en protóxido de nitrógeno y vapor de agua cuando se calienta, para la fabricación de pólvora de mina y otros explosivos análogos; para esto hay que corregir los inconvenientes que la higroscopicidad del nitrato amónico presenta, ya empleando cartuchos impermeables, ya mezclándole con para fina o otro hidrocarburo semejante. En este caso la deflagración de la mezcla produce nitrógeno, ácido carbónico y agua.

2° Nitrito amónico.

Se obtiene tratando el nitrito argéntico por el cloruro amónico; filtrando y evaporando el líquido en el vacío. Se presenta cristalizado en agujas muy delgadas, muy solubles en el agua, y descomponibles por el calor en agua y nitrógeno, por lo cual se emplea con mucha frecuencia para preparar este gas.

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