Resumen de la clasificación de los acumuladores

La primera cuestión que se presenta al recorrer los varios tipos de acumuladores que acabamos de estudiar es la de su clasificación, la cual puede hacerse como todas las clasificaciones bajo distintos plintos de vista:

Ya atendiendo al líquido del acumulador; pues hemos visto que hay acumuladores ácidos o salinos y acumuladores alcalinos, si así puede decirse, como lo es el último que acabamos de examinar.

Ya atendiendo, en el caso de los acumuladores ácidos, a la naturaleza de dicha sustancia, y así hemos visto que hay acumuladores, como son los de plomo-plomo, en que se emplea agua acidulada con el ácido sulfúrico; otros en que se emplea sulfato de cobre; otros, en fin, en que la disolución salina adoptada es de sulfato de zinc.

Ya tomando por base de la clasificación la naturaleza del electrodo; pues hemos estudiado acumuladores plomo-plomo del tipo Planté; acumuladores plomo-cobre; acumuladores plomo-zinc y otra multitud de combinaciones posibles.

Ya atendiendo al modo de preparar los electrodos: así en algunos, como en el acumulador Planté, los electrodos se forman haciendo pasar en uno y en otro sentido repetidas veces y durante meses enteros la corriente eléctrica; y en otros como en los de Faure, Sellón, Volkmar y en los acumuladores de placas aglomeradas, la materia activa entra ya dispuesta a funcionar o poco menos en el acumulador. A los primeros les llama Mr. Tamine acumuladores de depósito natural y a los segundos de depósito artificial, refiriéndose unos y otros al acumulador-plomo.

Ya pueden dividirse y clasificarse los acumuladores atendiendo a la doble tendencia que en los inventores se nota respecto a la condensación de la materia en los electrodos; y así tendremos acumuladores en que se procura hacer porosa la materia activa y otros en que las placas de los electrodos se someten a presiones enormes a fin de hacer más íntima la unión entre la materia activa y el conductor, dejando a la acción química, por decirlo así, el cuidado de insinuarse a través de la masa, y sacrificando en cierto modo la extensión de la superficie en que se engendra la corriente a la buena conductibilidad de la corriente en general.

Ya en fin pueden dividirse los acumuladores bajo el punto de vista de la polarización en acumuladores cuyos electrodos se polarizan y acumuladores en que la polarización tiene escasa importancia.

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