Requerimientos para la siembra del algarrobo

Respecto de la naturaleza de los terrenos, el algarrobo es poco exigente, acomodándose a casi todos ellos. Únicamente son poco favorables o más bien adversos los terrenos arcillosos y compactos.

No es exigente en riegos, bastándole por lo común las lluvias de otoño y primavera.

El algarrobo puede multiplicarse por siembra o por estaca; por siembra se obtienen árboles más vigorosos, fértiles y seculares; por estacas se conservan mejor las, variedades y se adelanta el crecimiento.

La siembra se practica de dos modos; o de asiento o en almácigas. Puede efectuarse la siembra a golpes de cuatro o seis semillas, en hoyos de medio a un decímetro de profundidad, distantes entre sí medio metro.

Al año de practicada la siembra, se deja en cada matita el pie más robusto, inutilizando los demás. Algunos hacen los hoyos de 20 centímetros de profundidad y otros tantos de anchura.

Practicada la siembra se mantiene la almáciga libre de brozas y malas hierbas, repitiendo mucho las escardas. Se escasean los riegos, a no ser en temporadas secas y calurosas.

Al segundo o tercer año de hallarse en el vivero el arbolito, se van podando las ramas y brotes laterales de la parte inferior del tronco a menos que no se halle muy retrasado su crecimiento, y se cuida de que la copa guarde proporción con la altura y fortaleza del tronco.

La plantación se efectúa en hoyos abiertos con antelación, y mayores que el espacio ocupado por cada planta en el vivero y para que sea menos sensible la influencia del cambio de terreno, se envuelven las raíces con buena tierra tomada de la superficie.

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