Reglas prácticas de los acumuladores eléctricos

El resultado de la clasificación y del estudio que hemos hecho de diversos acumuladores, debe ser el de deducir reglas prácticas para los acumuladores que haya de utilizar la industria.

Estas reglas las condensa Mr. Tamine en la siguiente forma.

1° La primera condición a que debe satisfacer un acumulador industrial es que las sustancias que entran en su composición sean baratas; pero ya se comprende que dicha baratura está subordinada a otras condiciones, como por ejemplo la duración del aparato, su marcha regular y su rendimiento.

2° El acumulador debe tener una larga duración, y es indispensable que las operaciones sucesivas de carga y descarga no alteren de una manera sensible y rápida ni los electrodos ni las partes accesorias del aparato.

Precisamente por esta condición hemos desechado es empleo del zinc al estado natural (ya que no digamos puro porque esto se enlaza con otras cuestiones de que no podemos ocuparnos) en atención al inevitable desgaste de dicha sustancia.

3° La conservación y entretenimiento del aparato deben ser fáciles y expeditos, y el entrecruzamiento de las piezas y las partes salientes y entrantes del aparato no deben ser nunca tales, que impidan la cuidadosa vigilancia del interior del mismo.

4° La formación del acumulador debe ser rápida. Si para formar un acumulador se necesitan dos o tres meses, como en un principio se necesitaban, el acumulador eléctrico será una invención muy curiosa, muy científica, pero de todo punto inútil para la industria, a menos de no concurrir circunstancias verdaderamente extraordinarias.

5° Es necesario aún que la carga se conserve largo tiempo y sin pérdidas, porque por regla general ni el acumulador ha de emplearse en el mismo sitio en que se carga ni inmediatamente después de cargado, pues si así fuese, dicho aparato sería un órgano de transmisión completamente inútil.

6° Las acciones químicas deben ser proporcionadas a la corriente eléctrica que ha de engendrarse, evitando todas aquellas que pudieran ser o inútiles o perjudiciales.

7° Es preciso que el rendimiento sea el mayor posible, es decir, que sea un máximo la relación entre el trabajo que se utiliza y el trabajo que se empleó en cargar el acumulador.

8° La capacidad de acumulación eléctrica debe ser la mayor posible para un peso dado de los electrodos.

Esta condición es esencial. Si por cada tonelada de acumulador sólo se almacena una cantidad pequeñísima de energía trabajo utilizable, el acumulador industrialmente considerado sería verdaderamente absurdo y las críticas que en un principio formuló el célebre Edison contra los acumuladores serían de todo punto merecidas.

No valdría la pena, como ya en otra ocasión hemos dicho, de transportar pesos enormes de pilas secundarias con unos cuantos caballos de vapor almacenados, cuando con unos kilogramos de carbón de piedra se lleva en cierto modo almacenada también una potencia inmensamente superior.

Insistimos, pues, en que uno de los puntos principales para el empleo industrial de los acumuladores es la disminución del peso muerto, problema que en ocasiones hasta es más importante que la cuestión de rendimiento.

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