Propulsión de los aeróstatos con motor Giffard

El globo Giffard, cuya forma y dimensiones hemos indicado anteriormente, iba cubierto con una gran red de cuerdas, que se unía a una pieza de madera que hacía el efecto de quilla en el aparato; pendiente de ella, y a unos 6 metros de distancia, colgaba un armazón de madera en donde estaba colocada la máquina de vapor que movía el propulsor.

Este estaba formado de dos grandes paletas planas de 3,40 metros de diámetro que daban 110 revoluciones por 1″. La relación entre el diámetro De la hélice y el del aeróstato es de 1/3,5. La máquina y la caldera vacías pesaban 150 kilogramos, y con el agua y el carbón en el momento de la partida 210; los accesorios y los repuestos do agua y carbón 420 kilogramos.

El día 24 de setiembre de 1852 fue llenado este aeróstato de gas del alumbrado, y se elevó en medio de los aires.

El resultado obtenido no fue tan satisfactorio como hubiera sido de desear, porque el viento soplaba con gran fuerza, y el globo no pudo marchar en sentido contrario al de éste; pero hubo momentos, especialmente a la altura de 1500 metros, en que pudo sostenerse inmóvil contra la acción del viento; es decir, que su velocidad era igual a la de éste, y en otras ocasiones trazó anchos círculos en la atmósfera y se desvió marcadamente de la dirección de la corriente atmosférica que le arrastraba.

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