Propulsión a hélice para los aeróstatos

Terminaremos este largo artículo, hablando de los globos de Giffard, Dupuy de Lome, Tissandier y Renard, aunque sea con menos extensión de lo que merecen tan notables inventos.

Al tratar de los aeróstatos de hélice se presenta una cuestión importante de la que vamos a decir algunas palabras: nos referimos a las dimensiones que se debe dar a este propulsor respecto a las que tiene el globo.

El área de la proyección de la hélice, sobre un plano perpendicular al eje de este cuerpo, se hace generalmente proporcional a la máxima sección del globo. Diversos valores se han propuesto para esta relación: unos autores la hacen variar de 1/2,5 a 1/3,5; pero otros, y entre ellos Mr. de Lome, la fijan, ya en 1/4, ya en ya en 1/2,65; ya en 1/2,77; es decir, para esta última, que es hoy la generalmente adoptada, hacer el diámetro de la hélice propulsora los 3/5 del máximo diámetro del aeróstato.

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