Propiedades químicas del aire libre

Siendo el aire una mezcla de los elementos ya citados, es claro que éstos conservan sus propiedades químicas peculiares, de forma que las del aire, o sea de la mezcla, serán las que corresponden a cada uno de los cuerpos que lo componen, bien que algunas neutralizadas, o cuando menos modificadas, por propiedades antagónicas que pueden presentar los elementos que en el aire se encuentran.

Siendo el oxigeno el elemento activo que en mayor cantidad se encuentra, a él principalmente se referirán las propiedades del aire.

El nitrógeno, notable por su indiferencia en la inmensa mayoría de las reacciones químicas, no ejerce por lo tanto otro papel en la atmósfera que el de moderador de las propiedades demasiado enérgicas del oxígeno, sin que esto sea negar la influencia, por mucho tiempo desconocida y hoy perfectamente demostrada por los trabajos de Boussingault primero y Berthellot después, que puede ejercer en la vegetación, a causa de su acción química, si bien lenta y escasa, en ciertas condiciones de la atmósfera y del suelo.

La acción química del ácido carbónico es también manifiesta, aunque sea muy pequeña. La carbonatación de los óxidos alcalinos, alcalino-térreos y térreos, que por un acaso se encuentran libres en contacto de la atmósfera, se debe a su influencia, y a esta misma y a la del agua, muchas oxidaciones o combinaciones lentas del oxígeno con los cuerpos llamados combustibles. Tal es el origen de muchos óxidos metálicos.

Por todo lo que va expuesto se ve claramente que el oxígeno es el elemento químico más importante de los que forman el aire, y sus efectos, ya aminorados por la presencia del nitrógeno, ya modificados por los de otros elementos, son los del aire en general.

A la acción del oxígeno son debidas las combustiones que en el aire se producen o sostienen; y de él dependen igualmente los fenómenos de respiración animal y vegetal.

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