Progreso en los conocimientos de la anatomía

Desde el insigne Vesalio la Anatomía se transforma y los descubrimientos se acumulan sin cesar, pudiendo decirse que cada año, es mas fecundo en progresos que cada diez siglos de los pasados tiempos.

A Vesalio continúan Eustaquio, Colombo, Valverde, Coiler discípulo de Falopio, que establece un paralelo entre la osteología del hombre y del mono; Vidus Vidius, Euch, Arcucio que da una buena descripción del feto; Jerónimo Fabricio, que estudia la formación del huevo y del feto, las válvulas de las venas y las vísceras; Casserius, los órganos de los sentidos y la laringe; Spiegel, que sostiene la reputación de Padua; Jarolinus, continuador de Jugrarias en Nápoles; Aldrovando de Bolonia, médico y distinguido naturalista; Aranzi, que da notables descripciones de los músculos; Cons. Varolio, cuyo nombre ha quedado unido a la anatomía de los centros nerviosos; Eustaquio Rudius, Juan Partius, Arcángel Picolomini, Bernardino Montana, Nicolás Masas, Basianus Sandus, Hipólito Bodens, y el célebre Falopio, mientras que, como restos fósiles do la enseñanza galénica, Jerónimo Capivacei y Miguel Cavaaseti, enseñan la Anatomía tradicional en Padua.

En Francia siguen la nueva senda Rondelet y Dulaurens, Cabloh, Marescot, Severino Pineau, Paré, Guillemeau, Rousset, Botal, Jacobo Grevín. En Alemania descuellan Levy Fucha, Salomón Alberti, J. Bokel, Félix Plater, Gaspar Bouhin, Leonardo Thurneisser, Jacobo Milichius, Havenrenter, Israel Spach, Melchor Lebiz y J. Rodolfo Saltzmann. En Holanda, Gerard Bontius, Juan Heurnius y Pedro Paaw.

En Inglaterra el escocés David Kynolucos y el inglés Tomás Vicary introducen la nueva ciencia, que en España encontró continuadores de Vesalio en Juan Valverde, y Andrés Laguna, como en el originalisímo descubridor de la circulación pulmonar, sino de la general, Miguel Servet, y que Gaspar Bauhin transportó de Italia a Dinamarca.

El siglo xvii, ilustrado por el descubrimiento de la circulación de la sangre, añade al edificio anatómico sólidos y brillantes materiales. Las trabas religiosas y políticas que aun en el siglo anterior dificultaron las disecciones desaparecen en gran parte; y queda para siempre afirmado que la Anatomía es la base de toda Medicina positiva.

Aulle descubre los vasos quilíferos, Olaus Rudbeck y Bartolino los linfáticos; Bellini desentraña la complicada estructura de la lengua, Glison la estructura del hígado, Ricardo Lower la disposición de las fibras del corazón, Tomás Willis descuella en el estudio anatómico de los centros nerviosos, Nicolás Stenon las glándulas y conductos salivales, quedando su nombre unido al más importante de éstos; Antonio Densinguis, Carlos Drelincourt, Regnier de Graaf, Van Horne profundizan el estudio de la generación y de sus órganos; Juan Vesling, Marcelo Malpigio, Federico Ruysch, Juan Swanmerdan se consagran a finas investigaciones en animales y vegetales y con el invento de las inyecciones abren nuevos cansinos al conocimiento del sistema vascular.

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