Progreso de la agricultura inglesa

Hacia mediados del siglo xviii se verificó un grandísimo progreso, cuando Bakewell comenzó la transformación de la raza ovina de Leicester; su vez y por la misma época Carlos y Roberto Colling trabajaban en la creación de la raza bovina de cuernos cortos. Se publicaron entonces muchas obras agrícolas, pero todas ellas de compilación, excepto la que con el título de The printiples of agriculture and vegetation publicó, en 1758, Francis Home, médico escocés y profesor de la Universidad de Edimburgo, iniciador de la aplicación de la Química a la Agricultura.

Más tarde, en 1767, Arthur Young, que ha ejercido una gran influencia en los progresos de la agricultura, tanto entre los propietarios como entre los colonos, comenzó las publicaciones de sus interesantes libros; primero The Farmer’s setters to the people of England; después las reseñas de sus viajes agrícolas por diferentes comarcas de Inglaterra, Irlanda y Francia, su calendario y guía de los labradores, su curso de agricultura, su aritmética política y una multitud de memorias especiales que atrajeron constantemente la atención pública sobre todas las cuestiones relativas al desarrollo de la agricultura. Estas obras tuvieron gran celebridad, no sólo en Inglaterra, sino en el continente, particularmente en Francia, a cuyo idioma fueron traducidas.

Lo mismo sucedió después con las obras de Adam, Dickson y del Doctor R. V. Dickson, del ilustre químico Sir Humphry Davy, fundador definitivo de la química agrícola; de Sir John Sinclai, cuyo Código de Agricultura fue traducido al francés bajo el título de Agricultura práctica y razonada.

Al mismo tiempo que estos trabajos doctrinales se publicaban, demostrando que los progresos de la agricultura dependen de los descubrimientos de las ciencias, se fundaban diversas asociaciones agrícolas, que tenían por objeto desarrollar y propagar todas las mejoras y perfeccionamientos.

La primera asociación agrícola de esta clase, se fundó en Escocia en 1723 con el título de The society improvers in the Knowledge of Agriculture; después, en 1784, se fundó The highland and agricultural society of Escotland; un poco más tarde, en 1791, se creó la sociedad agrícola de Bath y del Oeste de Inglaterra; y a fin de 1798 el Club Smith.

Actualmente casi todo el progreso agrícola inglés debe su primer impulso a la iniciativa de la poderosa Sociedad Real de Inglaterra, que es la que funda comicios, promueve exposiciones y concursos, y analiza abonos, tierras, frutos, y semillas. Los esfuerzos de esta corporación son secundados en el resto de la Gran Bretaña por 330 sociedades agrícolas y por 2.400 establecimientos de semilleros, tratantes en granos y cultivadores de flores.

Entre las sociedades indicadas, merecen citarse dos, por lo original de su objeto: la una se consagra a difundir el gusto por las flores entre las clases obreras, y al efecto organiza exposiciones especiales y distribuye premios, y la otra tiene por objeto excitar la afición al cultivo de plantas en las ventanas.

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