Procedimientos de la ciencia astronómica

Nuestro arte de observar se compone en general de tres procedimientos:

1° La observación propiamente dicha o pasiva, que consiste en anotar los hechos tal y como se presentan, sin modificar las circunstancias que los acompañan.

2° El experimento u observación activa, que consiste en modificar los fenómenos con circunstancias artificial es instituidas con objeto de una exploración más perfecta, en una palabra, sorprender los secretos de la naturaleza tratando de imitarla.

3° La comparación, es decir, la consideración de una serie de casos análogos que presenten el mismo fenómeno en condiciones diversas de complejidad y sencillez.

Observa Comte que la Astronomía está necesariamente limitada al primero de estos tres procedimientos, a la simple observación: el experimento, dice, es evidentemente imposible, y en cuanto a la comparación, sólo podría existir si nos fuera dable observar directamente varios sistemas solares, lo cual no es posible. Medir ángulos y contar tiempo transcurrido, son los únicos medios que nuestra inteligencia puede utilizar para descubrir los fenómenos celestes; y por poco extensos y variados que sean, están en perfecta armonía con la sencillez de los fenómenos astronómicos, pues no se necesita más para observar fenómenos geométricos o mecánicos, de magnitudes o movimientos.

Estas reflexiones son verdaderas a medias: no hay duda de que la Astronomía no comprende el uso directo del procedimiento experimental; pero se puede aplicar el experimento de un modo indirecto como en la Fisiología humana, y se puede decir que gracias a los experimentos de los movimientos curvilíneos se ha podido conocer la naturaleza de los movimientos celestes, y que el estudio de las leyes de la caída de los cuerpos nos indicó la fuerza de gravedad, de la que pasamos a la gravitación universal.

Y en cuanto a la comparación, evidente es también que le debemos las teorías cosmogónicas de Laplace y Faye. Se ha observado que en las ramas de la Física en que las hipótesis sobre las causas y naturaleza de los fenómenos no pueden someterse a la comprobación de las investigaciones experimentales, fueron siempre lentos los progresos, inciertos e irregulares, al paso que en aquellas que pudieron alumbrarse con la antorcha del experimento, fueron rápidos, segures y fáciles.

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