Procedimiento Siller de tratamiento de aguas cloacales para abono

El procedimiento Siller es llamado A B C por ser dichas letras las iniciales de los nombres ingleses de las tres primeras materias que se emplean como precipitantes: Alum (alumbre), Blood (sangre), Clay (arcilla).

Este procedimiento ha sido puesto en práctica en muchas poblaciones y consiste en precipitar las aguas reunidas en depósitos apropiados por la mezcla siguiente:

Alumbre 600 partes.
Sangre 1 parte
Arcilla 1.900 partes
Magnesia. 5 partes
Arcilla calcinada. 25 partes
Negro animal. 15 partes
Carbón vegetal. 20 partes
Manganato potásico. 10 partes
Cloruro de sodio. 10 partes
Dolomia 2 partes
Total. 2.588 partes

Se mezclan bien todas estas sustancias y se emplean en la proporción de cuatro kilos de mezcla para mil galones (4 544 litros) de aguas fecales. Esta mezcla complicada ha sido después sustituida por la siguiente:

Alumbre amoniacal. 900 partes.
Sangre. 10 partes
Arcilla. 2.700 partes
Carbón. 300 partes
Total. 3.910 partes

Y cada 445 kilogramos de esta mezcla sirven para depurar 1 000 metros cúbicos de aguas fecales. Estas aguas, después de la depuración, contienen por litro, según repetidos análisis hechos en Leamington:

Materias orgánicas. 0,020
Materias minerales. 0,241
Total. 0,261

Caracterizándose la presencia de 0,114 de amoniaco.

El análisis de las materias obtenidas como abono por la precipitación ha dado:

Agua. 14,7
Materias orgánicas. 22,4
Fosfato de cal. 9,6
Sales terrosas y alcalinas. 11,2
Silicatos insolubles. 42,7
Total. 100,6
Conteniendo nitrógeno. 4,22

Ensayos detenidos hechos en Londres para examinar detenidamente; tanto el valor de este procedimiento como depurador de las aguas, como en lo concerniente a productor de abonos, han demostrado que, tanto bajo el uno como bajo el otro punto de vista, este sistema deja mucho que desear, porque no precipita las materias orgánicas nitrogenadas contenidas en el agua, de modo que el amoniaco que lleva el precipitado es procedente del que va en la mezcla precipitante; resulta de aquí que ni las aguas se purgan de las materias nitrogenadas que contengan, ni éstas se aprovechan como agentes fertilizantes en los abonos producidos. Además, estos abonos son muy voluminosos, puesto que contienen un 83 por 100 de materias inertes, cuyo valor es inferior al de las sustancias precipitantes, no permiten cubrir los gastos de fábrica, y las manipulaciones para extraer y secar los depósitos producen una atmósfera infecta y nauseabunda, sobre todo en verano.

Por estos medios y algunos otros de carácter técnico, el procedimiento A. B. C. que estuvo algún tiempo muy en boga y que ha sido ensayado en muchas poblaciones como Londres, Leamignton, Hastings, Twickenham, Richmond, Leeds, Bolton, Sheffield y Southampton, está hoy completamente desacreditado, tanto bajo el punto de vista científico como del experimental.

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