No nos es posible tratar estas cuestiones con toda la extensión que quisiéramos y habremos de reducirnos a extractar algunas paginas del artículo sobre acumuladores contenido en el segundo tomo de la magnífica obra de Mascart y Joubert sobre electricidad y magnetismo, aunque debemos preceder dicho extracto de algunas consideraciones que lo hagan inteligible.

La parte teórica, por decirlo así, de los acumuladores, en lo que a la físico-química se refiere, se funda:

1° En las leyes de Faraday, sobre todo en la tercera.
2° En la determinación de los equivalentes electro-químicos.
3° En la aplicación de esta fórmula: W = Q x V / g

Q representa el número de coulombs, o sea la cantidad de electricidad que pasa por un punto del conductor; V el número de volts, o sea, la fuerza electromotriz o si se quiere, el desnivel eléctrico o por último la caída de potencial; g la intensidad de la gravedad. W, o sea el resultado, representará en kilográmetros el trabajo efectuado por el acumulador.

Con estos datos vamos a resolver varios problemas.

En cuanto a la duración de los acumuladores, depende de la prudencia, por decirlo así, con que se utilice su trabajo. Si se fuerza el aparato y se destruyen sus electrodos, el aparato se arruina: bien empleados y acomodándolos a sus condiciones, los hay que duran 3 y más años y aun están en buen servicio.

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