Primeros estudiosos de la astronomía griega antigua

En sus principios se componía la Astronomía griega de observaciones elementales sobre la marcha del Sol, la Luna y los principales planetas; luego de hipótesis respecto de la forma y naturaleza de la Tierra y los astros y las causas de los principales fenómenos.

Tales, nacido en Mileto el año 640 antes de J. C, fue a Egipto para instruirse; vuelto a su patria fundo la Escuela jónica y enseñó la esfericidad de la Tierra, la oblicuidad de la eclíptica y las verdaderas causas de los eclipses de Sol y de Luna; llegó también a predecirlo empleando sin duda los métodos o períodos que le comunicaron los sacerdotes egipcios.

Los sucesores de Tales fueron Anaximandro, Anaxímenes y Anaxágoras; los dos primeros introdujeron en Grecia el uso del gnomon y de las cartas geográficas.

Anaximandro colocó la Tierra en el centro del mundo y explicaba su equilibrio por la razón de que estando proporcionadamente situada respecto de las extremidades, no podía tener tendencia a moverse hacia un lado con preferencia a otro, ni posibilidad de que se moviera por los dos lados a la vez.

Anaximenes creía que la Tierra era plana y estaba sostenida en el aire como una hoja, inmóvil a causa de su anchura, que no le permite dividir el aire y caer.

Anaxágoras veía en la Luna una Tierra habitada; en el Sol un cuerpo pedregoso, inflamado, ardiente con fuego real y mayor que el Peloponeso; en los astros en general, cuerpos pesados situados en las regiones del fuego arrancado a la Tierra en otra época por la violencia de la revolución del cielo, en la actualidad mantenidos en su sitio por esta misma revolución y que brillan a nuestros ojos por fuego reflejo: ideas que lo llevaban como por la mano a dar una explicación natural de los aerolitos; conocía las causas de los eclipses de Sol y de Luna. Con tales doctrinas, que enseñaba sin misterios, libertó Anaxágoras a los griegos ilustrados del temor supersticioso de los fenómenos celestes.

Pericles consiguió imitar familiarmente un eclipse y tranquilizar sus tropas cubriendo con un manto la cabeza del piloto asustado por la debilitación de la luz del Sol; por esta clase de experimentos y de aplicaciones mecánicas del sistema del mundo fue Anaxágoras acusado de impiedad, proscrito con sus hijos y sólo salvó la vida por las gestiones de Pericles, su discípulo y amigo, que consiguió la conmutación de la pena de muerte en la de destierro.

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