Prevención de adulteraciones en Inglaterra

Hé aquí ahora las disposiciones tomadas en distintos países para prevenirse contra las adulteraciones.

En Inglaterra se han fundado laboratorios municipales de salubridad desde hace quince o diez y seis años, con objeto de ejercer más constante inspección sobre las sustancias alimenticias.

Todo comprador tiene derecho a mandar analizar en el laboratorio municipal de su localidad, y por una cantidad que no pasa nunca de 12 pesetas 60 céntimos, una sustancia alimenticia o un producto farmacéutico cualquiera, pudiendo exigir el correspondiente certificado de análisis.

En cada punto, la autoridad municipal nombra un oficial de sanidad e inspector de pesas y medidas, o bien, en fin, un agente de policía para la recolección de muestras alimenticias o de drogas alteradas o adulteradas. Estas muestras, recogidas oficialmente, se remiten al laboratorio municipal, donde se hace el análisis expidiendo el oportuno certificado.

Las leyes inglesas prohíben mezclar, colorear o espolvorear un producto alimenticio cualquiera con sustancias capaces de alterar la salud. Tampoco es permitido cometer engaño en cuanto a la naturaleza del objeto, vendiendo un producto que, aunque no sea nocivo, no corresponda por sus mezclas, alteraciones, etc., con las denominaciones y composición que el vendedor le atribuya.

De las 17.823 muestras analizadas en toda Inglaterra durante el último año solamente 358 han sido recogidas por las autoridades locales; todas las demás fueron examinadas a petición del público, circunstancia muy especial y que debe considerarse con atención, pues indica el buen sentido del pueblo inglés para utilizar los laboratorios municipales en la forma que ha de producir resultados más eficaces en beneficio de la salubridad pública.

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