Presencia de ozono en el aire

El aire libre, además de los cuatro elementos citados, contiene otros muchos, aunque en menores y variables proporciones. Encuéntrase en primer lugar el ozono.

Este cuerpo es para la inmensa mayoría de los químicos un estado alotrópico del oxígeno, formado por la influencia de la electricidad atmosférica, y caracterizado por su olor y sabor y sobre todo por la energía de sus propiedades químicas, hasta tal punto, que oxida directamente muchos metales que no lo son fácilmente por el oxígeno, y que respirado a dosis elevadas produce una excitación tal que puede causar graves desórdenes en la economía animal. Van Varum fue quien primero lo descubrió, y Schccbein, profesor de Basilea, quien dio a conocer su existencia e hizo el estudio de sus propiedades.

Encuéntrase, sin embargo, en cantidades tan pequeñísimas, que rara vez pasan de 3 a 4 milímetros por cada 100 metros cúbicos de aire.

En el Observatorio de Mont-Souris (París) se mide diariamente la cantidad de ozono, haciendo atravesar grandes cantidades de aire, con las precauciones consiguientes, por un líquido formado de 20 cc. de agua destilada, 7 cc. de arsenito de potasa (a razón de 0,730 gramos de sal por litro) y 1 cc. de disolución yoduro-potásica, pero exento de yodato. Este yoduro sólo actúa para favorecer la operación. El ozono hace pasar el arsenito a arseniato, de suerte que cada 24 horas puede determinarse por medio del carbonato amónico, el almidón y el yodo, y haciendo ensayos comparativos, la cantidad de arseniato formado y de aquí deducir la cantidad de ozono.

Esta cantidad es muy variable y sin que se pueda observar en sus cambios ley ninguna. En 1878, el mes que ha dado mayor proporción ha sido el de mayo, la cual ha sido 0,0066 gramos en 100 metros cúbicos de aire (término medio de todas las observaciones diarias), y el mes que menos, abril, en el que la medida ha sido 0,0042 gramos. En un mismo mes y aun en diversas horas de un mismo día se notan diferencias bastante notables dada la corta proporción en que siempre se encuentra.

La presencia de este cuerpo es importante en ciertos estados anormales del aire, por la acción que es capaz de ejercer sobre determinados elementos que entonces puede contener éste.

En las grandes ciudades parece que las emanaciones que les son propias destruyen el ozono, con lo cual su cantidad se disminuye y hasta llega a eliminares por completo. Influyen también eficazmente las direcciones de los vientos.

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