Períodos de aclimatación de los individuos

Pueden dividirse en cuatro períodos los fenómenos que sucesivamente se desarrollan en una raza recientemente trasplantada: dos concernientes al individuo; otros dos a su descendencia.

Comprende el primer período aquellos fenómenos fisiológicos o patológicos, de los que el inmigrado se da cuenta casi siempre y que acaecen desde los primeros meses de su arribo.

Estos fenómenos, variables según el nuevo clima y el punto de partida de la emigración, han sido expuestos ya respecto de los climas tropicales. A estos síntomas semi-morbosos se añaden algunas veces enfermedades agudas, más o menos graves, endémicas, de ordinario no sujetas a recidivas, tales como la fiebre amarilla en las Antillas y Golfo de Méjico, el bouhou en las islas Hawai, el cólera en la India, las fiebres biliosas en casi todas las comarcas tropicales, enfermedades estas que erróneamente se consideran enfermedades de aclimatación.

Error general es también considerar como terminada la aclimatación, trascurridas estas primeras vicisitudes orgánicas; precisamente haber desconocido la sucesión de los fenómenos subsiguientes ha sido el origen de las numerosas contradicciones y juicios presentados que dificultan el estudio de estas cuestiones.

La levidad o gravedad de los primeros efectos del clima no prejuzgan de ningún modo la aclimatación. Los españoles que llegan a Cuba pagan un terrible tributo en esta primera prueba y más tarde prosperan y se multiplican; al contrario en Egipto y en las Guayanas, como en otras localidades de temperaturas extremas, los primeros efectos son poco apreciables; más aún, los recién llegados, parecen gozar de una vitalidad más vivaz que los indígenas y, no obstante, al término de la jornada la aclimatación es imposible.

En el segundo período, más silencioso en sus efectos y más largo, sobreviene una insensible degeneración del organismo, una debilitación física e intelectual. Este adinamismo abre la puerta a múltiples manifestaciones morbosas , tifus, escorbuto en los países fríos; fiebres intermitentes, remitentes, hepáticas, disenterías cada vez más graves, bajo los trópicos; y estos achaques, lejos de conferir al organismo inmunidad para los efectos del clima, desenvuelven y exageran la aptitud para las recidivas.

Este período dura la vida del colono. Tal como lo hemos bosquejado, la aclimatación de la raza es muy improbable; sin embargo, en la segunda o en la tercera generación pueden surgir por selección algunos organismos apropiados al nuevo medio; pero es más seguro que la benignidad de este segundo período tampoco prejuzgue la aclimatación: tal ocurre en Egipto donde la vida individual de los europeos meridionales se conserva bastante bien, como su actividad intelectual y física, y donde un puñado de europeos, de turcos, los mamelucos han conservado el vigor necesario para dominar algunos millones de egipcios.

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