Óxido de antimonio o anhídrido antimonioso

Combinación del antimonio con el oxígeno correspondiente a la fórmula Sb2O3. Este cuerpo se denomina también protóxido de antimonio y sesquióxido de antimonio.

Se encuentra en la naturaleza en Bohemia, en Borneo y en Constantina, constituyendo dos minerales distintos: la valentinita, que cristaliza en prismas octo-rómbicos, y la sernarmontita en octaedros regulares. Es, pues, dimorfo como ya había observado Weehler en la calcinación del antimonio al aire libre.

El óxido de antimonio se prepara generalmente calcinando el antimonio al rojo en un crisol tapado con otro que lleva un orificio para dar acceso al aire; entonces se forma un sublimado cristalino compuesto de agujas prismáticas que constituyen las llamadas flores argentinas de antimonio, que van acompañadas de pequeños octaedros.

También se obtiene el óxido de antimonio en estas dos formas calentando el antimonio en un tubo de porcelana, por el cual se hace pasar lentamente una corriente de aire; en este caso, el óxido octaédrico ocupa la porción más fría del tubo; y el prismático la porción más próxima al metal. Sometido el óxido octaédrica a una nueva sublimación se transforma en óxido prismático.

En la provincia de Constantina (Argelia), se encuentran las dos formas, perfectamente separadas la una do la otra, en venas distantes entre sí, unos seis kilómetros.

El óxido prismático obtenido artificialmente tiene una densidad de 3,72 y el octaédrico de 5,11. El primero toma inmediatamente color pardo por el sulfuro amónico, mientras que el segundo conserva su brillo y no cambia de color como no haya sido previamente pulverizado. Además, el óxido prismático se disuelve con más facilidad en los ácidos y en los álcalis que el óxido octaédrico.

El óxido de antimonio en cualquiera de sus estados adquiere color amarillo fugaz, cuando se somete a la acción del calor. Se funde al calor rojo y puede sublimarse en prismas. Calentado en una corriente de hidrógeno, se reduce a metal, y el mismo resultado se obtiene fundiéndolo con flujo negro o con cianuro potásico.

Es insoluble en el ácido nítrico, casi insoluble en el agua y soluble fácilmente en el ácido clorhídrico y en el sulfúrico fumante. Su mejor disolvente es el ácido tartárico o el tartrato ácido de potasa con el cual forma el emético. Se disuelve también en el cloruro de antimonio hirviendo, y por los álcalis, también hirviendo, se transforma poco a peco en ácido antimónico. Por la acción del cloro da protocloruro o bien percloruro y antimoniato antimónico.

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