Alférez del rey, o alférez mayor del rey era antiguamente el general que llevaba el pendón o estandarte real en las batallas en que se hallaba el rey; y en su ausencia mandaba el ejército como general: entre otras prerrogativas tenía la de confirmar loa privilegios reales, poniéndose su nombre en la rueda, en círculo mayor junto al del rey.

En privilegios muy antiguos se menciona el cargo de Alférez del rey y en uno del año 1531 aparece ya el de Alférez mayor del rey aplicado a D. Nuño, Señor de Vizcaya.

Puede afirmarse, después de las noticias biográficas con que los eruditos modernos han perfeccionado la historia del célebre Rodrigo Díaz de Vivar, que el Cid Campeador comenzó a servir de Alférez en la hueste del rey D. Sancho II, allá por los años 1065 o 1067, desempeñando tan a satisfacción del monarca las elevadas funciones de su cargo, como segundo jefe del ejército acaudillado por el rey en persona, que jamás se entibiaron un punto las relaciones de simpatía y afecto que siempre dispensó el joven soberano al famoso e invicto Rodrigo, a las cuales éste supo corresponder con actos de adhesión inquebrantable, que principalmente se manifestaron después del drama de Zamora, en aquel magnífico rasgo de lealtad y altivez castellana que la historia trasmite de generación en generación, al relatar la célebre Jura de Santa Gadea.

Resulta, pues, que el cargo de Alférez del rey en el siglo xi correspondía al de generalísimo, o al de jefe de Estado Mayor General en los grandes ejércitos modernos.

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