Origen del juego de ajedrez

La invención de este juego se ha atribuido por diferentes autores a los chinos, a los indios y aun a los griegos; pero la opinión que más fundada parece es aquella que lo considera originario de la India, como lo indica la misma etimología de su nombre, de procedencia sánscrita.

Dícese que en el siglo v un brahmán indio, llamado Sisla, o Sissa, inventó este precioso juego; y tanto hubo de gustar el rey Sirham de la invención, que invitó al brahmán a que solicitase por ella la remuneración que fuera más de su agrado.

El inventor entonces solicitó no más que un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera y así sucesivamente, doblando hasta la sesenta y cuatro.

Modesta parecía a primera vista la recompensa, hasta que hecho el cálculo se vio que para satisfacer la petición de Sissa, era preciso que el reino se compusiera de 16.384 ciudades, en cada una de las cuales hubiera 4.080 graneros, y que cada uno de estos contuviera 174.762 medidas de trigo, cada una de ellas de 32.768 granos!

Si el origen del ajedrez no tiene otra certeza que la de la leyenda, también nos es desconocido cuándo y cómo vino este juego a Europa. Se sabe que los Romanos no lo conocían y se cree que algún negociante de Oriente o quizás un peregrino o judío de Siria lo traerían; pero de todos modos, su introducción debió ser anterior a la época de las Cruzadas, según muchas crónicas y tradiciones muy antiguas que aluden al juego del ajedrez.

En nuestra patria fueron sin duda los árabes los que le trajeron y aclimataron.

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