Origen de la astrología judiciaria

Reinó la Astrología en todos los pueblos civilizados, pertenece a la antigüedad más remota y fue cultivada por hombres eminentes, durando hasta el siglo xviii.

“Fue la enfermedad más larga, dice Bailly, que afligió a la razón humana, pues su duración pasaba de cincuenta siglos; como enfermedad es incurable y sus accesos pasan para renacer; se debilita con los progresos de la luz y desaparece cuando ésta es universal; pero si sufre la luz cualquier eclipse, aparece de seguida la Astrología tan osada como siempre, prodigando con fortuna sus imposturas y supercherías”.

¿Cómo, después de esto, puede considerarse criterio de certidumbre, la tradición, el sentido común, el universal consentimiento, la antigüedad y duración de una creencia para legitimarla? Pero, ¿cuál es el origen y de dónde viene el continuo y universal imperio de semejante quimera?

En este punto hace Voltaire la crítica de la imbecilidad humana en los siguientes términos: “No hay que asombrarse de que la tierra entera haya sido embaucada por la Astrología; hay predicciones falsas, luego ha de haberlas verdaderas, era el pobre razonamiento que se oponía a cada mentís dado por la experiencia a los tiradores de horóscopos. Los egipcios y caldeos, se agrega, han predicho el porvenir; luego es posible predecirle también ahora…, y como esto es falso y absurdo, la multitud lo creerá, bien seguro es. Y menos debemos admirarnos de que tantos hombres, por otra parte colocados a mayor altura que el vulgo, tantos príncipes y papas, difíciles de engañar en la menor cosa que tocase a sus intereses, se dejaran seducir de modo tan ridículo por la Astrología, pues eran muy orgullosos e ignorantes: las estrellas eran para ellos, y el resto del universo estaba formado por la canalla, con la cual no tenían nada que hacer los astros del cielo”.

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