Organismos vegetales y animales en el agua

El profesor Hirt clasifica en cinco grupos los organismos vegetales y animales que pueden alterar las cualidades del agua.

1° Primer grupo: Materias que son agentes de infección y que mantienen turbia, lechosa y opaca el agua que las contiene, y que vuelve a adquirir su transparencia y diafanidad cuando desaparecen por falta de alimentación.

2° Segundo grupo: Saprofitos o mónadas, que no producen la infección, pero que viven a expensas de otros organismos en descomposición.

3° Tercer grupo: Algas verdes, que se desarrollan en toda agua expuesta al aire. Su gran abundancia puede engendrar a veces la infección; por otra parte su ausencia es en ocasiones signo de putrefacción.

4° Cuarto grupo: Infusorios. Su gran abundancia es signo de corrupción, pero se encuentran con frecuencia en el agua potable.

5° Quinto grupo: Productos orgánicos y detritus no comprendidos en los grupos anteriores.

Según esto, admite Hirt tres clases de aguas:

1° Agua pura esencialmente potable y que no deposita ningún producto orgánico aun después de mantenerla cuatro o cinco días en vaso cerrado o al aire libre.

2° Agua dudosa, la que contiene saprofitos o mónadas.

3° Agria corrompida, no potable, que encierra siempre bacterias, saprofitos o infusorios.

Debe, sin embargo, indicarse que si bien es atendible esta clasificación, no puede admitirse en absoluto tal como se expresa. Las aguas potables contienen en general esporos, algas, diatomeas, bacterias y otros microfitos y organismos inferiores, y cuando no se hallan muy cargadas de ellos, pueden ser perfectamente potables, así como son sospechosas cuando abundan, y deben mirarse sobre todo con prevención en épocas en que reinan las enfermedades epidémicas, examinándolas detenidamente por si contienen anormalmente bacterias, micrococos o bacilos infecciosos.

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