Obtención y uso del alcohol amílico

Para obtener este alcohol debe procederse del modo siguiente:

Después de haber separado el alcohol débil que resulta en la primera destilación de las vivezas procedentes de las patatas fermentadas, se continúa calentando, y elevándose la temperatura destilará y se condensará un líquido turbio y blanquizco que contiene bastante cantidad de alcohol amílico en suspensión.

Dejando el líquido en reposo se forman dos capas, teniendo la correspondiente al alcohol amílico un aspecto aceitoso.

Se separa esta capa y se destila con cuidado, procurando no recoger más que los productos cuyo punto de ebullición corresponda rigurosamente a la temperatura de 132,7° de este modo se tendrá separado el alcohol amílico bastante puro.

El alcohol amílico se emplea industrialmente para la obtención del ioduro y cloruro de amilo que sirven para la preparación de algunas materias colorantes (cianina y quinoleína), para la extracción de la parafina; para la obtención del acetato y valerato de amilo que, disueltos en el alcohol, forman las esencias de pera y de manzanas.

El alcohol amílico se emplea también con mucha frecuencia en los laboratorios químicos como disolvente y para muchas operaciones de análisis.

El alcohol amílico acompaña al alcohol ordinario en la mayor parte de las fermentaciones en que éste se origina. Se le encuentra en los aguardientes y alcoholes de patatas, de orujo, de centeno, de cebada, de remolacha, etc., a cuya circunstancia debe principalmente su interés por las propiedades nocivas que comunica a dichos líquidos cuando se encuentra en gran proporción.

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