Los procedimientos generales para obtenerlos varían según se trata de alcaloides fijos o volátiles, solubles o insolubles.

El material orgánico que contiene el alcaloide se prepara convenientemente y se trata por un disolvente neutro o ácido que forme con el alcaloide un compuesto soluble que se prepara por filtración.

Una vez conseguido esto, se procede del modo siguiente: si el alcaloide es insoluble, se trata la sal soluble del alcaloide por un álcali o carbonato alcalino que precipitan el alcaloide; si es soluble, se trata la sal correspondiente por una base que forme con el ácido de la sal del alcaloide un compuesto insoluble; entonces éste se precipita y queda el alcaloide en disolución; si es volátil el alcaloide, se destila una de sus sales con un álcali fijo.

Se clasifican los alcaloides de varios modos: divídanse como antes se indica, en sólidos y fijos, líquidos y volátiles.

Además se agrupan por los grupos botánicos a que pertenecen los vegetales en donde existen, y así se dicen alcaloides de las rubiáceas, de las papaveráceas, de las estrícneas, de las solanáceas, etc.

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