Necesidad de una alimentación variada

1° Una alimentación normal no puede fundarse en el uso exclusivo de un solo principio alimenticio.

Esta proposición queda demostrada con sólo considerar que la alimentación debe reparar las pérdidas orgánicas y no existe principio alimenticio alguno que contenga integralmente los elementos de esta reparación.

A pesar de esta evidencia, Chossat, Magendie, Boussingault, Tiedmann y Gmelin, Ranke, Forster y otros muchos fisiólogos, han sometido este principio a la experimentación, resultando de sus estudios que los perros, ocas y otros animales alimentados exclusivamente con grasa, aceite, gomas, azúcar o almidón mueren casi en el mismo tiempo que sometidos a una dieta absoluta. Lo mismo resulta, aunque no tan brevemente, alimentando los animales con carne muscular exenta de grasa, con albúmina cocida, fibrina, caseína.

Si se priva a los alimentos de sus sales minerales, cloruro de sodio, fosfatos, etc., sobreviene una depresión profunda del sistema nervioso y después la parálisis y la muerte.

2° Una alimentación normal no puede buscarse en el uso de un solo alimento completo.

Los perros alimentados por Magendie con pan y agua en abundancia, sucumbían al cabo de unos sesenta días. Los mismos resultados fueron obtenidos por Bischoff. Alimentando tres conejos exclusivamente cada uno con zanahorias, patatas y cebada, perecerán víctimas de esta alimentación sin variedad, mientras que conservarán su salud alternando en el uso de aquellas sustancias.

Fácilmente se explican estos hechos teniendo en cuenta que ningún alimento contiene los principios nitrogenados, hidrocarbonados, grasos y salinos en las relaciones necesarias para una buena alimentación y además, que la saciedad y la inapetencia sobrevienen rápidamente cuando se ofrece mucho tiempo al organismo la misma sustancia alimenticia.

3° La naturaleza de la alimentación debe variar con el género de vida y con el clima.

Cuando el hombre despliega trabajo muscular actividad nerviosa, segrega mayor cantidad de urea.

Instintivamente el habitante de las regiones polares para resistir la acción del frío ingiere hasta 5 y 6 kilogramos por día de sustancias grasas. En los países cálidos, en que el clima impone una vida sedentaria, y las funciones digestivas están un tanto embotadas, al mismo tiempo que el organismo no tiene que producir la enorme cantidad de calor que en los fríos para resistir a la refrigeración exterior, las sustancias grasas y hasta las albuminoideas son casi inútiles, y en cambio hay gran apetencia por las bebidas, las legumbres y los frutos.

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