Naturaleza de la astrología según Bailly

Supone Bailly que la Astrología judiciaria era un ensanche sistemático, provocado por la Filosofía materialista y fatalista, de la Astrología meteorológica, fisiológica y médica; posible es creer que desnaturalizando la ignorancia los principios de la Astrología natural, diese origen a la judiciaria, que sometió al hombre, lo mismo que la atmósfera, al poder de las estrellas, haciendo depender de su influjo las tormentas de las pasiones, los males y bienes de la vida, de igual manera que las intemperies de las estaciones, y nada, en efecto, más sencillo que decir: las estrellas y loa astros en general, traen los vientos, lluvias y tempestades; sus influjos unidos a la acción de los rayos solares modifican el frío o el calor; la fertilidad de los campos, la salud o las enfermedades dependen de esos influjos bienhechores o perjudiciales, y no se cría una simple hierba a cuya formación no hayan contribuido todos los astros; el hombre respira las emanaciones que desprendidas de esos astros, llenan la atmósfera a ellos está sujeto el hombre y toda la naturaleza, de modo que los astros influyen en su voluntad y sus pasiones y en los bienes y males sembrados en su carrera, determinando su muerte y su vida.

Tal fue la manera de razonar, sin que pueda atribuirse a la ignorancia ni al pueblo, pues este raciocinio chocaba en el espíritu del hombre del pueblo con un sentimiento profundo, el del libre albedrío, y sólo la fuerza, el rigor lógico de un sistema podía imponer silencio a ese sentimiento; en una palabra, la Astrología judiciaria no nació de la espontaneidad-popular, sino de la reflexión filosófica.

¿Qué diferencia existe entre el hombre de Espinosa y el hombre de quien traza el destino la mano del astrólogo? El sectario de Espinosa dirá que todos nuestros actos están predeterminados y comprendidos en hechos anteriores, que están escritos, por decirlo así, en el gran libro del mundo, en ese libro que podría leer quien hubiera abrazado la naturaleza entera y hubiere descubierto todas sus leyes. El astrólogo va más allá y presume conocer esas leyes.

Examina luego Bailly cómo pudo y debió constituirse la Astrología judiciaria. Por la misma razón, dice, que se había relacionado la vuelta de los meteoros anuos con las salidas y posturas de las estrellan, creyóse que debían medirse los períodos desconocidos de los sucesos de la vida por los períodos del movimiento de los astros, pues estos grandes cuerpos no podíais estar separados de nuestro mundo ni ser ajenos a todo lo que en él pasa.

Los hombres, en su orgullo, consideraron siempre la tierra como la parte más considerable del mundo, obrando en esto como los chinos, que llenan el mapa mundi con el imperio celeste, y dejan, así por favor, algunos rincones de tierra a los otros pueblos… Como los acontecimientos de la vida de los hombres y de los Estados no venían a ser los mismos todos los años, no eran propias para anunciarlos las salidas y posturas de las estrellas, por lo que se recurrió entonces a los planetas, cuyas distintas revoluciones, bastante largas algunas de ellas, ofrecían combinaciones mas variadas; sus vueltas a ciertos puntos del Zodíaco y sus conjunciones ofrecían propiedades diferentes, y de todo esto se dedujeron períodos bastante largos para que cupiera dentro de ellos la suerte dolos más permanentes imperios.

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