Museo de Armas de París

Su origen queda indicado; pero no fue constituido hasta 1789, y aunque la Revolución francesa produjo una paralización en los trabajos, y la colección fue devastada y casi destruida, bien pronto fue reorganizado y aumentado considerablemente con las armas que existían en diferentes localidades como Estrasburgo, hallándose hoy en un estado de arreglo y clasificación tan perfecto y ofreciendo la historia de las armas tan completa en lo posible, que por estos conceptos puede considerársele como la primera Armería de Europa.

Encierra hachas de pedernal tallado y otras pulimentadas; puntas de flecha de los tiempos prehistóricos; hachas, cuchillos, puñales y hojas de lanza de bronce de la época gala; armas griegas, etruscas y romanas, entre las cuales figuran algunos cascos del tipo beodo y otras armas ofensivas, completada con reproducciones; y armas de hierro encontradas en el Sur de Italia.

Por lo que hace a la Edad Media, hay una serie de armas merovingias entre las cuales sobresalen las dagas llamadas franciscas; armas de los siglos xv y xvi encontradas en los campos de batalla; armaduras de la misma época, ecuestres y de a pie, sobresaliendo entre las últimas una serie de las llamadas maximilianas, habiendo algunas más alemanas y siendo las restantes italianas y francesas, en su mayor parte de personajes desconocidos; también las hay de niño y de torneo; brigantinas del siglo xv y armaduras sarracenas, circasianas, mongolas, japonesas y chinas; cotas de malla desde el siglo xiv y minuciosas piezas sueltas.

Figura aparte la colección de cascos que puede considerarse única en el mundo, pues comienza con el yelmo de fines del siglo xii y principios del xiii, continúa con el bacinete de fines del xiv, luego con la celada de guerra y de justa que apareció en el xv, y el almete que es coetáneo a ella, luego las borgoñotas que estuvieron tan en boga en el siglo xvi, y por fin el morrión que apareció en la segunda mitad de la misma centuria; completando la colección los cascos de modelos diversos y los orientales. Los escudos figuran también en serie aparte, empezando con el pavés del siglo xv.

La colección de armas ofensivas es más numerosa que la anterior: empieza por las espadas de cruz desde el siglo xii hasta el xv, sigue con las de lazo de esta época y del xvi, y acaba con las de cazoleta, figurando entre ellas muchas españolas; también hay montantes de los siglos xv y xvi; dagas y puñales, algunas de las primeras venecianas y otras españolas, cuchillos de caza, mazas, hachas de armas, flechas, alabardas, lanzas, etc., contándose en todas estas series muchas armas orientales.

Las armas de fuego principian con la culebrina de mano de mediados del siglo xv, y siguen arcabuces, mosquetes de diversos sistemas, cañones, armas de cañón rayado y de rueda, acabando con las armas de reglamento.

También hay una sección de modelos de máquinas de guerra de todas las épocas.

Como complemento del Museo hay dos colecciones interesantes de maniquíes vestidos, ofreciendo una la historia del traje militar en Francia, y otra el arnés completo de los diferentes tipos etnográficos que se registran en los diversos pueblos de civilización extraña o atrasada.

Estas colecciones, como el arreglo y catalogación de todo el Museo, se debe a Mr. Penguilly-l’Haridon.

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