Son los movimientos que, independientemente de la voluntad se producen al mismo tiempo que los voluntarios.

Así, por ejemplo, en la locomoción, los movimientos de las extremidades torácicas se asocian a los de las extremidades abdominales avanzando el brazo izquierdo con la pierna derecha y viceversa; en las actitudes en que se desvía considerablemente el centro de gravedad, ciertas partes del cuerpo se mueven instintivamente para mantener el equilibrio, ejecutando movimientos asociados.

Se explica la asociación de los movimientos por las conexiones que enlazan a los distintos centros medulares; la excitación voluntaria transmitida a un centro medular se irradia en razón de estas conexiones a los centros que ordinariamente funcionan al mismo tiempo; la mayor facilidad de esta irradiación hacia unos centros respecto de otros puede explicarse por el hábito.

En realidad la excitación voluntaria no puede hacer contraer un músculo aislado, sino incitar a los centros medulares que a su vez provocan siempre contracciones musculares asociadas en relación con el mandato cerebral.

De suerte que la asociación de los movimientos depende de la estructura preexistente de la médula y de las conexiones anatómicas y funcionales transmitidas por herencia y modificadas por la adaptación y el ejercicio. Los movimientos reflejos son también en todos les casos contracciones musculares asociadas.

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