1° Procedimiento Torissen.
Mr. Jorissen, ayudante en la Universidad de Lieja, reconoce la presencia de los principios de olor fuerte y de sabor desagradable, ordinariamente nocivos a la salud, que se encuentran en los alcoholes y aguardientes, por el procedimiento siguiente:
Se echan 10 centímetros cúbicos del líquido sospechoso en un tubo de reactivos: después se añaden 10 gotas de anilina, 4 o 5 gotas de ácido clorhídrico diluido en su volumen de agua, y se agita la mezcla, que no tarda en tomar una hermosa coloración roja si hay impurezas.
“Dos gotas de alcohol amílico, dice Mr. Jorissen, añadidas a 100 centímetros cúbicos de alcohol etílico puro, comunican a este último la propiedad de colorarse perfectamente en rosa con la anilina y el ácido clorhídrico”.
La ginebra fabricada en Bélgica y especialmente la ginebra holandesa dan también muy bien la reacción.
2° Procedimiento Riche y Bardy.
Para investigar el espíritu de madera o alcohol metílico en el alcohol etílico, MM. Riche y Bardy han propuesto el método operatorio siguiente, que conviene seguir rigurosamente.
Se introducen en un matracito 10 centímetros cúbicos del alcohol que se ensaya con 15 gramos de iodo y 2 de fósforo rojo, y se destila inmediatamente recogiendo el producto en 30 o 40 centímetros cúbicos de agua. El ioduro alcohólico, precipitado en el fondo del líquido, se separa por medio de un embudo, que se tapa con el dedo, y recoge en un matraz que contiene o centímetros cúbicos de anilina. La mezcla se calienta: se auxilia la reacción manteniendo el vaso durante algunos minutos en el agua tibia a la que se añade el agua fría si el líquido hirviera con demasiada viveza. Al cabo de una hora se echa agua muy caliente en el matraz para disolver los cristales formados, y se hace hervir el líquido durante algunos minutos hasta que el vaso no contenga más que un líquido claro. Se añade a este líquido una solución alcalina que pone en libertad los alcaloides producidos bajo la forma de un aceite, que se hace subir hasta el cuello del matraz añadiendo cantidad suficiente de agua. La oxidación del alcaloide puede hacerse por el bicloruro de estaño, por el iodo y por el clorato de potasa, o mejor aun por una mezcla formada de 100 gramos de arena cuarzosa, dos gramos de cloruro de sodio y tres gramos de nitrato de cobre. Se toman 10 gramos de esta mezcla sobre los cuales se vierte un centímetro cúbico de líquido oleoso que se mezcla con cuidado por medio de un agitador de vidrio y se introduce esta mezcla en un tubo de vidrio de dos centímetros de diámetro, que se mantiene a la temperatura de 90° en el baño-maría durante ocho o diez horas. Se agota en seguida la materia en el tubo mismo por tres tratamientos de alcohol tibio que se echa sobre un filtro y se lleva a un volumen de 100 centímetros cúbicos.
El alcohol puro da un líquido que presenta un color de madera rojiza.
La presencia del alcohol metílico da una solución manifiestamente violeta al lado de la anterior: se llega a determinar exactamente la proporción del alcohol metílico.
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