Método de extracción del acíbar

Los procedimientos que se emplean para extraer el acíbar de las hojas de estos vegetales son diferentes según los países.

Los hotentotes del Cabo de Buena Esperanza hacen incisiones a las hojas junto a su base y reciben el jugo en otras hojas tendidas alrededor de la planta, o bien cortan las hojas y las ponen en toneles, en el fondo de los cuales se reine el jugo, que se pasa después a una caldera de hierro donde se concentra por la acción del calor.

En otras comarcas maceran previamente las hojas en agua para facilitar la extracción del jugo, procediendo después a la evaporación.

En Cuba cortan las hojas junto a su base, operación que efectúan en los meses de abril y mayo durante las horas de más calor; después colocan dichas hojas en unos grandes embudos de madera con las paredes y fondo agujereados, o bien en canastos de mimbres; el jugo que escurre se recibe en una gran tina o balsa de mucha extensión y poca profundidad, y por último se pasa a unas calderas de cobre donde se concentra suavemente hasta que tiene consistencia casi sólida. Las hojas de los embudos o banastas, después que han escurrido todo el zumo que contienen, se emplean como abonos.

Obtenido el acíbar por cualquiera de los procedimientos indicados, resulta una sustancia de aspecto resinoso, de gusto amargo muy pronunciado y de un olor aromático especial. Por la acción de un calor fuerte se funde primero y se descompone después.

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