Los sutarasis u obeliscos hidráulicos

Además de las aguas de Belgrado, abastecíase Constantinopla de otros varios manantiales, uno de los cuales nace en las alturas de las mismas montañas, a unas 3 o 4 millas al E. de Belgrado.

Este era conducido de manera parecida en un canal cubierto, elevado, cuando era necesario, sobre puentes, hasta que llegaba a los barrios septentrionales de la ciudad. En el trayecto de este acueducto fue donde se construyeron los suterasis u obeliscos hidráulicos, descritos por Andreossy en su Viaje al Mar Negro y Bósforo de Tracia, que tanto han llamado la atención como método de conducir las aguas sin puentes acueductos:

“Los sifones suterasis son macizos de fábrica, que tienen generalmente la forma de una pirámide truncada o de un obelisco egipcio. Para poder emplearlos se necesitan manantiales cuyo nivel esté bastante más alto que el estanque de donde han de ser distribuidos en la ciudad. Tráese el agua por canales subterráneos, con suave inclinación, hasta llegar a las orillas de un valle o terreno quebrado. Levantase entonces allí un pilar al cual se adaptan verticalmente tubos de plomo de dimensiones determinadas, colocados paralelamente en los dos lados opuestos de la construcción. Estos tubos no se unen en la parte superior del obelisco, sino que se forma una especie de taza a la cual desembocan los tubos. El uno permite que el agua suba al nivel de donde ha bajado; el otro que el agua baje a su vez de este nivel al fondo, donde entra en otro conducto debajo de tierra que la lleva a un segundo suterasi, donde sube y vuelve a bajar como en la estación anterior y así sucesivamente hasta el fin del valle. En este punto un estanque recibe la corriente y la distribuye en distintas direcciones por orificios cuyo gasto es conocido.”

Dice más adelante:

“Fácil es notar que este sistema de tubos no es más que una serie de sifones abiertos en su parte superior y que se comunican entre sí. El coste de una conducción por sifón se calcula en sólo una quinta parte del de un acueducto con arcadas.”

No hay ventaja real en estos pilares que sirven a lo sumo para expulsar el aire que suele acumularse en los tubos. Son un obstáculo para que el agua corra con libertad y hacen perder mucha más presión y altura que un sifón continuo a través del valle.

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