Serie bilateral de vasos encorvados en forma de cayado, que arrancan en el embrión de la extremidad, anterior del tubo cardíaco (región del bulbo aórtico), se elevan más o menos hacia la extremidad cefálica, y se encorvan luego hacia afuera y abajo para reunirse en un solo tronco medio (aorta), al nivel de la parte media de la columna vertebral.

Estos arcos aórticos, homólogos de los arcos branquiales de los peces, sólo subsisten en los mamíferos adultos por algunas de sus partes.

Cuéntanse, en efecto, cinco arcos aórticos, los más anteriores de los cuales no dan ningún vaso que recuerde su disposición arqueada primitiva; en el tronco braquio-cefálico derecho se reconoce el origen del tercer arco aórtico del mismo lado; el cuarto arco aórtico (contando de delante atrás), desaparece completamente en la derecha, pero aparece en la izquierda y forma el cayado; el último arco aórtico forma la arteria laminar y el canal arterioso.

Según persisten más o menos partes de los arcos aórticos se observan distintas disposiciones en los gruesos troncos arteriales; así, en los batracios, no desaparece el cuarto arco a la derecha, a diferencia de lo que ocurre en el hombre, de lo que resultan dos aortas, una derecha y otra izquierda; en las aves desaparece el arco izquierdo y el derecho persiste de manera que el cayado de la aorta y la aorta torácica están a la derecha.

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