Los altares en las festividades cristianas

Para celebrar el sacrificio de la Misa se cubre el altar con tres manteles de lino, y además se coloca un crucifijo y dos candeleros por lo menos. En España y otros puntos se colocan dos sirviendo de tercer mantel la tela fuerte con que está formada el ara, parte principal del altar y única que generalmente está consagrada.

El día de Jueves Santo después de la Misa el sacerdote o sacerdotes que han oficiado, hacen la ceremonia de despojar los altares quitando, no solamente los manteles, sino también los candeleros, sacras y frontales si los tienen, y apagando las lámparas en señal de luto y dolor; pero no se retiran las aras. Recuerda esto la antigua disciplina de aprovechar los días de Viernes y Sábado Santo para lavar los altares y limpiar las iglesias. Todavía en la Basílica Vaticana, cuyos altares son de ricos mármoles, el Jueves Santo los canónigos mismos con otros subalternos, hacen la ceremonia de lavarlos con agua bendita y vino.

En algunas catedrales de la corona de Aragón y de la parte septentrional de España, los altares mayores suelen tener lo que se llama frontal, mudándolo según el color que exige la festividad que se celebra.

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