Los acotados de Navarra

Históricamente, se llamaba así en Navarra a la persona que había sido desterrada o había huido de su pueblo por algún delito o por no satisfacer alguna multa pecuniaria.

En 1322, con motivo de las grandes discordias ocurridas en Estella, se mandó que los homicidas fugados fuesen acotados y que no pudiesen volver a Navarra hasta haber pagado el homicidio o sufrido un año de prisión.

También se llamaban acotados los bandidos o malhechores por cuyas cabezas se había señalado precio.

En 1362 mandaba el rey que se pagase lo que “en tales casos es usado, e acostumbrado, a García Pérez Dacx, escudero, merino de las montañas, por dos hombres acotados que eill ha muerto, de los quoales la cabeza del uno ha traido a Pamplona, et es en la torre de Galea.”

Finalmente, se decían acotados aquellos a quienes por no obedecer las leyes generales o municipales, se les prohibía estar en el país: los que faltaban a las primeras no podían entrar en el reino porque eran acotados del rey; los que faltaban a las segundas sólo estaban obligados a salir de los términos de su pueblo, porque eran acotados del Concejo. (Yangüas, Diccionario de antigüedades del Reino de Navarra)

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