Los acentos en griego y latín antiguos

Los griegos al hablar modulaban la voz de modo que resultaba una especie de canto. Era éste de tres especies que correspondían a los acentos agudo, grave y circunflejo. El agudo servía para elevar el tono de la voz; el grave indicaba el tono medio; y el circunflejo representaba la modulación de la voz en una sílaba que saliendo del tono agudo descendía algo por un movimiento inverso hacia el tono medio de las sílabas no acentuadas.

El acento agudo podía colocarse en cualquiera de las tres últimas sílabas; el grave sólo en la última, pero se tenía por suplido en toda sílaba que carecía de acento; y el circunflejo en la última o penúltima que necesariamente habían de ser largas. .

Se cree comúnmente que los signos con que se indicaban los acentos griegos no se usaron en los manuscritos hasta el siglo vi. Los paleógrafos que así opinan se fundan en la existencia de algunos códices de los siglos v y vi, en los cuales no aparecen. Contra este hecho pueden citarse manuscritos mucho más antiguos en los cuales se escribieron acentos, y afirmarse en vista de ellos que el acento escrito de los griegos es anterior por lo menos en dos siglos al nacimiento de Cristo.

Los latinos conocieron los mismos tres acentos que los griegos: agudo, grave y circunflejo.

Prisciano y San Isidoro comprenden otros siete signos más entre los acentos, pero no deben considerarse como acentos propiamente dichos, porque sólo los tres mencionados servían para indicar la tonalidad de la pronunciación.

El acento agudo no se escribía en los monosílabos. En las bisílabas cargaba sobre la primera vocal. En las voces polisílabas se atendía para el acento a la sílaba penúltima: si era larga llevaba el acento y si breve se colocaba en la antepenúltima. Esto no quiere decir pie materialmente se colocase acento en todas las voces polisílabas latinas, sino que indica la forma en que se pronunciaban, supliéndose en la mayor parte de los casos el acento escrito.

El acento grave desempeñaba un papel puramente ortográfico, escribiéndose en la última vocal de las voces indeclinables, para distinguirlas de sus homógrafas declinables. Ejemplo: primo, primeramente.

El acento circunflejo sólo se usaba en las síncopas como virûm por virorum, y en la vocal última de los ablativos del singular de la primera declinación para distinguirlos del nominativo y del vocativo.

La antigüedad de los signos con que se expresaba el acento tónico por los romanos es de uso muy remoto, y consta por el testimonio de los autores clásicos que se usaban ya en tiempo de Augusto, y por el estudio de las inscripciones lapidarias y metálicas que se conocían antes de esta época. Pero aunque recomendado por los gramáticos el empleo de estos signos, no fueron de uso constante en la escritura latina y es raro encontrarlos en los manuscritos de los siglos iii al v.

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