Leyes de Faraday sobre la descomposición electroquímica

Tres son las leyes de Faraday sobre las descomposiciones electrolíticas.

Consiste la primera ley en que las acciones químicas son proporcionales a las intensidades de la corriente en un tiempo dado, sea en la unidad de tiempo.

Esto quiere decir que si, por ejemplo una corriente eléctrica medida por 3 Ampers ha descompuesto 1 miligramo de agua en cierto tiempo, en el mismo tiempo 6 Ampers descompondrán 2 miligramos, y 9 Ampers 3 miligramos, y 20 veces 3 Ampers 20 veces 1 miligramo (claro es que estos números son arbitrarios).

De aquí se deduce un medio, dicho sea de paso, para medir la intensidad de las corrientes eléctricas.

La segunda ley consiste en que las cantidades de las acciones químicas son las mismas en todos los puntos del conductor y aun en el interior de la pila generatriz, es decir, que hay constancia en todos los puntos de una corriente única para la acción de la corriente cuando el régimen se halla establecido.

Así pues, si en un punto de la corriente su descompone 1 miligramo de agua, en cualquier punto de la corriente en que se coloque un voltámetro se descompondrá 1 miligramo de agua también; y es más, si se interpolan voltámetros que obren como pilas secundarias, las cantidades de agua que se formen serán de 1 miligramo.

La tercera ley de Faraday, y esta es importantísima y ha de contribuir a resolver los problemas más difíciles de la afinidad química en combinación con la termoquímica, es la siguiente:

Cuando una corriente eléctrica obra sucesivamente sobre una serie de disoluciones, los pesos de los elementos separados están en la misma relación que sus equivalentes químicos.

Por ejemplo, si una corriente eléctrica atraviesa una serie de baños electrolíticos con disoluciones salinas de diferentes metales como sulfato de cobre, sulfato de zinc, nitrato de plata, etcétera, se sabe que el efecto de la corriente eléctrica es descomponer la sal metálica y hacer que se deposite el metal en el electrodo negativo; pues bien, los pesos de cobre, zinc y plata que se depositen serán proporcionales a los números que representan sus equivalentes químicos; por cada 31 miligramos de cobre que se depositen, se depositarán 32 miligramos de zinc, y 108 miligramos de plata; y si además de los baños salinos estableciéramos un voltámetro para la descomposición del agua, recogeríamos 1 miligramo de hidrógeno: claro es que representamos por los números 31, 32, 108 y 1 los equivalentes químicos de las cuatro sustancias mencionadas.

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